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¿Por qué regalar flores amarillas en septiembre?

Cada septiembre, con la llegada de la primavera en el hemisferio sur, surge una costumbre que inunda las redes sociales: regalar flores amarillas. Este gesto, que para muchos simboliza la alegría y la amistad, se ha convertido en una tradición popular. Sin embargo, no todos conocen el origen de esta práctica.

La historia de las flores amarillas comenzó en 2004, cuando la famosa serie juvenil Floricienta, creada por Cris Morena, se convirtió en un fenómeno en América Latina y otros países. En uno de los episodios de esta serie, se interpretaba la canción “Flores amarillas,” en la cual un joven espera a su amada con un ramo de flores de este color. Este momento de la historia capturó la atención de muchos adolescentes y jóvenes, quienes rápidamente adoptaron el acto de regalar flores amarillas como un símbolo de amor juvenil y esperanza. Así, cada 21 de septiembre, esta tradición cobra fuerza y se mantiene vigente incluso años después de su estreno.

Hoy en día, con la influencia de las redes sociales, especialmente Instagram, TikTok y Twitter, esta costumbre ha ganado popularidad global. Usuarios de distintas culturas y nacionalidades comparten imágenes y videos sobre la entrega de flores amarillas, haciendo que esta tradición se vuelva viral y que muchas personas adopten este gesto como un símbolo de bienvenida a la primavera.

El significado de las flores amarillas

Las flores amarillas suelen estar relacionadas con emociones positivas como la felicidad, la alegría y la amistad. Su color vibrante y cálido evoca la luz del sol, transmitiendo optimismo y buenos deseos. En muchas culturas, el amarillo se asocia con la energía y la vitalidad, lo que hace que regalar flores de este color sea una expresión de buenos deseos y una forma de reforzar la amistad.

Además, al regalar flores amarillas en septiembre, se celebra la renovación y los nuevos comienzos propios de la primavera. La estación primaveral simboliza el renacer de la naturaleza, la expansión de la vida y el entusiasmo por los días soleados que están por venir. Así, obsequiar flores amarillas en este mes se convierte en una forma de celebrar no solo la amistad, sino también el ciclo de la vida y la esperanza que trae cada primavera.

En resumen, regalar flores amarillas se ha transformado en un símbolo de buenos deseos, optimismo y amistad, reflejando la alegría de la primavera y el renacimiento de la naturaleza. Esta tradición, iniciada por una simple serie juvenil, hoy es un fenómeno cultural que inspira a miles de personas a transmitir sentimientos de esperanza y renovación cada septiembre.